Hipertensión Arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la que aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias, para que circule por todo el cuerpo.

Riesgos

El sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la presión arterial, sube los niveles de glucosa en la sangre, colesterol, triglicéridos y ácido úrico, lo que dificulta que la sangre fluya por el organismo.

A nivel mundial se estima que existen más de mil millones de personas con hipertensión. En México, se habla de 30 millones y el IMSS se atienden 6 millones de personas que acuden periódicamente a la consulta externa de Medicina Familiar para tratarla.

Síntomas

La mayoría de las personas que padecen de hipertensión arterial no lo saben, porque no tienen ningún síntoma, pero hay quien puede presentar:

  • Dolor de cabeza intenso
  • Mareo
  • Zumbido de oídos
  • Sensación de ver lucecitas
  • Visión borrosa
  • Dolor en el pecho y/o lumbar
  • Tobillos hinchados
Diagnóstico

Medición de la presión arterial

Para medir tu presión arterial, el médico o un especialista generalmente colocará un brazalete inflable alrededor del brazo y medirá tu presión arterial mediante un medidor de presión.

Las mediciones de presión arterial entran en cuatro categorías generales:

  • Presión arterial normal: Tienes presión arterial normal si el número está por debajo de 120/80 mm Hg.
  • Presión arterial elevada: La presión arterial elevada es una presión sistólica entre 120 y 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo de 80 mm Hg. La presión arterial elevada tiende a empeorar con el tiempo a no ser que se tomen medidas para controlarla.
  • Hipertensión en etapa 1: La hipertensión en etapa 1 es una presión sistólica entre 130 y 139 mm Hg o una presión diastólica de 80 a 89 mm Hg.
  • Hipertensión en etapa 2: La hipertensión en etapa 2, una hipertensión más grave, es una presión sistólica de 140 mm Hg o mayor, o una presión diastólica de 90 mm Hg o mayor.

Si tienes cualquier tipo de presión arterial alta, el médico revisará tu historia clínica y realizará un examen físico.

Es posible que el médico también recomiende exámenes de rutina, como un análisis de orina (urinálisis), análisis de sangre, un análisis de colesterol y un electrocardiograma, que es un examen que mide la actividad eléctrica del corazón. También puede recomendarte exámenes adicionales, como un ecocardiograma, para verificar si hay más signos de enfermedades cardíacas.